José C. Fernández (Jefe de Administración, Formador Ocupacional)

by promotores on 29 mayo 2009

Estimados señores:

Después de leer con detenimiento su propuesta, no puedo por menos que felicitar a sus autores por plasmar de manera concisa y sencilla los múltiples problemas que aquejan a nuestro sistema laboral.

Especialmente me parece interesante la parte que trata de la constitución del fondo de ahorro destinado a cubrir situaciones de desempleo, acompañado de la posibilidad de utilizar ese importe para la formación del empleado o su destino final a la jubilación.

Considero asimismo fundamental la reforma integral de nuestro sistema de gasto e inversión público, por cuanto si ustedes aluden a un mercado laboral dual, yo hablaría de un mercado «trino», considerando caso aparte la Función Pública y su disparatada carrera de contrataciones de personal laboral y funcionario que dificilmente puedo comprender cuando las AAPP utilizan cada vez más medios tecnológicos que debieran incrementar de forma sustancial la productividad del sector.

Por otra parte, creo que se debería considerar el fomento de empresas de «economía social» (término que no me gusta demasiado puesto que a priori parece que no tendrían por qué tener una rentabilidad económica y financiera). Algo tan peculiar y tan nuestro como el Modelo Mondragón debería ser evaluado como elemento dinamizador de la economía y el mercado laboral.

Finalmente y para no extenderme, dos asuntos que considero al menos por experiencia propia; claves:

La reforma del sistema de formación: El RD 395/2007 sobre bonificación de la formación contínua, complica la existencia innecesariamente. Es farragoso y no facilita que las empresas se acerquen a la formación al tener que cubrir numerosas trabas burocráticas y sobre todo, adelantar el dinero aunque luego se bonifique. Una revisión del mismo sería interesante para cubrir una necesidad esencial del trabajador para su viabilidad presente y futura. También es de destacar la nula cultura de evaluación del proceso y del resultado formativo a todas las escalas del sistema.

Los sistemas de orientación y animación laborales: Son pésimos y constituyen una fuente de derroche de dinero público directo en cuanto a los propios servicios públicos de empleo (fragmentación de la unidad de mercado en diecisiete sistemas, ineficiencias para casar ofertas y demandas, escasez de oferta de empleo, baja de la calidad de la misma). Todo esto y además la presencia de múltiples agentes con dudosos programas de orientación laboral como son Sindicatos, Organizaciones, Empresas, ONL…. que buscan más la subvención del programa que el personalizarlo en los propios demandantes de empleo.

Al final creo que a veces todos este sistema laboral y sus agentes se olvidan de quién es el protagonista: el ser humano como homo faber, como «fabricador» para cubrir su necesidad y construir su vida y su lugar en el mundo. No debemos ser tratados como niños hiperprotegidos por el Estado y los Sindicatos ni como meras piezas de un sistema de Empresas. Para mí esta propuesta no sólo es buena técnicamente, sino que potencia la propia responsabilidad y la madurez del trabajador al mejorar el sistema.