Introducción

por Samuel Bentolila, Michele Boldrin, Javier Díaz-Giménez y Juan J. Dolado (Coordinadores de la obra)

Este volumen está dedicado a las políticas económicas que podrían contribuir a que España escapase de una dramática crisis económica que dura ya tres años. Una crisis que había venido gestándose durante un periodo más prolongado y cuyos orígenes se remontan a un pasado lejano; a políticas económicas pretéritas que, desgraciadamente, aún siguen vigentes. Por tanto, y pese a su apariencia académica, éste es un volumen aplicado que discute políticas económicas reales, aun cuando éstas apenas reciban un tratamiento explícito en los ensayos aquí recogidos, al dedicarse primordialmente éstos a analizar hipótesis, hechos, modelos y mecanismos de causalidad. Es decir, el tipo de cosas que deberíamos conocer, y conocer bien, antes de diseñar políticas económicas. La idea es que, a fin de que las políticas económicas tengan un mínimo sentido y sean eficaces (y no lesivas, que es lo que suele suceder con muchas de ellas), estas políticas deben basarse en un análisis económico riguroso e incorporar la triste, pero invariablemente cierta, reflexión de que –en Economía, al igual que en cualquier otro ámbito de la vida– nada es gratis.

Entendemos que esta metodología ya no esté de moda y que se la considere especialmente molesta en estos días en que las decisiones cruciales de política económica se adoptan con arreglo a encuestas de opinión, intereses electorales, filiaciones partidistas e ideológicas, cabildeos de grupos de interés diversos e incluso preferencias personales de, o lealtades hacia, dirigentes políticos. Pese a todo esto, y quizás por ello mismo, los editores de este volumen prefieren insistir en que las buenas políticas económicas deben fundamentarse en un análisis socioeconómico serio. Y en este volumen lo hay.

En opinión de los editores –y, nos atreveríamos a decir, también de los autores que han contribuido a este volumen–, los ensayos aquí recogidos deberían leerse, al menos en España, como prolegomena a cualquier política macroeconómica razonable futura. El objetivo es que sean los pilares de un análisis sistemático orientado a identificar las causas de la enfermedad, la forma en que ésta se propagó por el cuerpo de la sociedad, su situación actual y su evolución probable. La última palabra no es nuestra: es preciso realizar nuevas investigaciones, como las parcialmente completadas desde la celebración de esta conferencia, hace casi un año, y como las que se acometerán en el futuro. Con todo, los ensayos aquí incluidos constituyen un esfuerzo singular por cimentar las futuras políticas económicas sobre una base sólida; un esfuerzo que podría servir como ejemplo para el futuro y como estímulo crítico a los dirigentes políticos de cualquier filiación. Algunos de los mejores economistas españoles, junto a una serie de afamados colegas internacionales, utilizan los instrumentos del análisis económico contemporáneo para tratar de comprender “lo que está pasando en España y sus causas”. Aunque el análisis podría aún resultar incompleto, el diagnóstico es ahora mucho más claro que antes: este volumen contiene dieciocho ensayos (cada ensayo principal viene acompañado de un comentario crítico) orientados a estudiar algunas de las causas fundamentales de la actual crisis económica española. Los remedios –si existen, lo que no siempre ocurre– deberían derivarse de la aplicación del sentido común al diagnóstico disponible.

Los remedios son las políticas económicas a adoptar. Es importante darse cuenta de que, para muchos de los problemas que diagnosticamos, no está claro cuál podría ser el remedio. Para muchos otros, sin embargo, el remedio se deriva directamente del análisis presentado. Con la ayuda tanto de la visión retrospectiva –ha transcurrido casi un año desde la celebración de la conferencia y casi dos desde la concepción inicial de este proyecto: un lento proceso editorial tiene sus ventajas– como de los cimientos que aportan estos ensayos, el objetivo de la presente introducción consiste en aclarar qué políticas económicas podrían probablemente mejorar la situación y cuáles son totalmente inútiles, incluso perjudiciales, por lo que no deberían adoptarse. No estamos seguros de cómo deba interpretarse este hecho, pero la verdad es que la mayoría de las políticas económicas que la clase dirigente española va aceptando, de forma lenta y dolorosa, como necesarias, se concibieron como tales en ensayos elaborados hace un par de años; simultáneamente, gran parte de las reformas señeras implícitamente propuestas en los ensayos siguientes aún distan de ser adoptadas o incluso aceptadas.

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