Cambios en la imposición frente a la actual crisisJuan Carlos Conesa | Universitat Autonoma de Barcelona
Frente a una crisis como la que nos envuelve en la actualidad surgen argumentos a favor de un impulso fiscal a la economía. Entiendo por impulso fiscal la definición de libro de texto de una política fiscal expansiva (aumento del gasto público, reducción de impuestos, o ambos). La lógica detrás del argumento se puede sustentar desde puntos de vista teóricos bastante dispares. Desde una óptica keynesiana tradicional un impulso fiscal debiera incrementar la demanda agregada acercándola al output potencial. Este argumento aplica directamente tanto a un incremento del gasto público como a una reducción impositiva. Sin embargo, dicho enfoque dice poco acerca de la conveniencia de una u otra alternativa o acerca de qué figura impositiva sería más efectiva como impulso al gasto de los hogares. Desde una óptica más neoclásica u ortodoxa, la política fiscal óptima en un entorno de ciclos económicos consistiría en suavizar las distorsiones a lo largo del tiempo. Bajo esa perspectiva, los tipos impositivos sobre la renta del trabajo y el consumo debieran permanecer relativamente constantes en el tiempo, mientras que los impuestos sobre el rendimiento del capital debieran depender del estado de la economía para proveer un seguro frente a las oscilaciones en la renta de los hogares. Si a esto se une el hecho de que una parte importante del gasto público (al menos parte importante de las transferencias) es contracíclico, el resultado final es que este enfoque teórico, pese a sus diferencias con el enfoque keynesiano tradicional, prescribe igualmente una política fiscal expansiva como respuesta a una crisis. El enfoque neokeynesiano buscaría fundir en un mismo marco teórico ambos enfoques, por lo que la respuesta también coincide. |
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